martes, 31 de mayo de 2016

¿Cuáles son los beneficios de la Vitamina C?


La vitamina C es uno de los nutrientes más conocidos. Popularmente asociada a la prevención de resfriados, es una vitamina que ofrece importantes aportes a nuestra salud, además de ser un nutriente esencial para la metabolización de otras vitaminas y para muchos de nuestros procesos corporales. 
Incorpora a tu dieta los siguientes beneficios…
La vitamina C es importante para nuestro cuerpo ya que participa en diversos procesos esenciales para el organismo. Uno de los más importantes es la cicatrización de la piel  debido a la vinculación de este nutriente con la producción de colágeno.

Debido a su alto contenido de antioxidantes, es uno de los aliados más importantes para luchar contra el envejecimiento prematuro y prevenir el cáncer, debido a que los antioxidantes ayudan a combatir la formación de radicales libres. Por ello  es una de las vitaminas más indicadas para la piel y la salud general de nuestro cuerpo.

¿Por qué la vitamina C y la gripe están asociadas? Estudios han demostrado que este nutriente es capaz de mejorar el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico, aumentando las defensas y ayudándonos a luchar de forma efectiva contra cualquier virus.

Una dieta disminuida en vitamina C puede ocasionarnos diversos problemas de salud, uno de los más evidentes es el escorbuto, una enfermedad que ocasiona problemas de encías como la gingivitis, anemia y debilidad general y que se cura incorporando dosis adecuadas de vitamina C a la dieta diaria.

Además este nutriente permite a su vez la absorción de otras vitaminas en nuestro cuerpo, lo que lo convierte en esencial.

Es importante destacar que el exceso de vitamina C puede también causar diversos problemas de salud, por lo que debemos mantener la dosis adecuada de cerca de 75 mg en las mujeres y 90 mg en los hombres.

Antes de consumir algún suplemento de vitamina C es conveniente consultar a tu médico.

lunes, 30 de mayo de 2016

¿Sabes la ventaja de tomar sopa en invierno?

 

Llegar a la casa un día de mucho frío o lluvia, cambiarse de ropa, secar los pies en la estufa y tomarse un sopa ¿Qué mejor? Que además la sopa sea natural y hecha en casa.
Cuando hace frío, se sabe que el cuerpo ocupa más energía porque el organismo necesita mantener una temperatura que ronde 37 °C para efectuar sus procesos, por ello se incorporan a la dieta alimentos con un alto contenido calórico. El problema es que este cambio en la alimentación puede traer efectos nefastos en nuestra digestión y acarrear de paso unos cuantos kilos de más.

En este contexto la sopa es la panacea: otorga calor al organismo pero de manera sana. Una de sus principales características es que se compone fundamentalmente de agua que ayuda a mantener una adecuada hidratación y es baja en calorías, lo que permite llevar una dieta equilibrada.

Además permite integrar una amplia variedad de ingredientes pudiendo combinar verduras, todo tipo de carnes, pastas, arroz, legumbres y adicionarle distintos condimentos, lo que se adapta a diferentes gustos, necesidades digestivas o nutricionales de cada persona, así como también a las distintas etapas de la vida.

Eso sí, deben ser sopas hechas en casa o naturales, las que vienen en sobre tienen un alto contenido de sodio. Lo recomendable es integrarlas a la alimentación habitual como entradas de comidas principales como el almuerzo o la cena y prepararlas con alimentos frescos, asegurándose de adicionar la menor cantidad posible de sal y alimentos pre-elaborados que disminuyan su calidad nutritiva.

Es importante destacar, que los alimentos al ser cocinados pierden una gran cantidad de nutrientes en el agua de cocción por lo que es ideal aprovechar el caldo donde se encuentran todas las vitaminas, minerales, fitoquímicos, antioxidantes y compuestos azufrados, indispensables para nuestro organismo.

viernes, 6 de mayo de 2016

¿Sabes cuáles son las revisiones pediátricas en el primer año de vida del bebé?


La atención sanitaria a la población infantil constituye actualmente un elemento básico de la Atención Primaria de Salud. La implantación del Programa del Niño Sano, desde hace más de una década, ha hecho posible la prevención primaria, ya que las principales causas de mortalidad se relacionan con hábitos que comienzan a desarrollarse en la infancia.

Este Protocolo de Salud Infantil se divide en tres periodos con diferentes objetivos específicos en cuanto a la detección de enfermedades y cuidados en el niño.

Objetivos de las revisiones pediátricas del bebé y del niño

0 a 23 meses. Está centrado en la prevención de enfermedades infecciosas y congénitas. Facilita la adaptación de los padres al cuidado del bebé.
El objetivo general es alcanzar un alto grado de salud en la población infantil, disminuyendo su morbimortalidad mediante la prevención primaria y secundaria. Mientras que los objetivos específicos son:
- Fomentar hábitos saludables en la población pediátrica
- Favorecer un adecuado ambiente familiar y social
- Prevenir la aparición de enfermedades infecciosas mediante la vacunación
- Realizar una detección precoz de anomalías congénitas y de riesgos para la salud.

Calendario de las revisiones pediátricas para bebés de 0 a 18 meses

Los centros de Atención Primaria, por tanto, han establecido un calendario de revisiones recomendadas, que se pautan según la edad del niño, con unos contenidos básicos adaptados al desarrollo normal. Para tener una referencia de cuándo tocan las visitas al pediatra, éste es el calendario revisiones del niño sano:

Revisión del recién nacido. Debe llevarse a cabo entre el quinto y el décimo día de vida. Es aconsejable que la realice el pediatra y el profesional de enfermería conjuntamente para establecer el primer contacto con los padres del niño. A partir del quinto día del nacimiento, en el centro de salud, segunda prueba del talón. Los resultados llegarán al casa en el siguiente mes y nos indicarán si el niño tiene fenilcetonuria, una enfermedad metabólica que tratada a tiempo tiene muy buena evolución y no deja ninguna secuela.

La apertura de la historia clínica se realiza tomando nota de los antecedentes obstétricos maternos (gestaciones, abortos, nacidos vivos), de la historia del embarazo, de los antecedentes perinatales (edad gestacional, tipo de parto, test de Apgar, reanimación, peso, talla y perímetrocefálico, peso al alta hospitalaria, pH y grupo sanguíneo, emisión de meconio y diuresis, ictericia) y de los antecedentes familiares (consanguinidad, enfermedades). También se valora la actitud ante la lactancia y el tipo de lactancia; la presencia de vómitos y/o regurgitaciones y las características de las micciones (chorro miccional en varones) y deposiciones.

Para prevención del raquitismo, se recomienda que, durante el primer año de vida y a partir de la segunda o tercera semana, se requieren de 200 a 400 UI de vitamina D al día, dado que no siempre la exposición solar del bebé es adecuada, aunque en este punto existe en la actualidad controversia.

Revisión al mes. Revisar el calendario vacunal. A los hijos de madres portadoras del virus de la hepatitis B debe administrárseles la segunda dosis de la vacuna frente a la hepatitis B al mes de vida. Anotación de percentiles de peso, talla y perímetro craneal. Exploración física, visual y auditiva. Especial atención a la coloración de piel y mucosas (perfusión, hidratación, ictericia, palidez, angiomas, nevus...), a la cabeza (fontanelas, suturas, deformidad de la cabeza por decúbito), al cuello (masas, movilidad), auscultación cardiopulmonar y palpación de pulsos periféricos y al sistema neurológico (actitud, tono, movilidad y reflejos). Valoración del desarrollo psicomotor (mantiene la cabeza,sigue una luz, reacciona a los sonidos). Consejos para prevenir el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante.

Revisión de los 2 meses. Primeras vacunas del bebé, según el Calendario Vacunal de cada comunidad autónoma. Normalmente, a los dos meses recibirá la segunda dosis de la Hepatitis B, Difteria, Tétanos, Tos ferina acelular, HaemophilusInfluenzae b, Polio inactivada y Meningococo C. Se confirma que el bebé se desarrolla dentro de los parámetros normales de su edad tomando nota de su peso, talla y perímetro craneal. Se comprueban sus reflejos y su reacción a los estímulos. Se recomienda un suplemento de vitamina D para evitar el raquitismo.

Revisión de los 4 meses. Administración de las vacunas correspondientes a su edad: vacunas frente a Difteria, Tétanos, Tos ferina acelular, HaemophilusInfluenzae b, Polio inactivada y Meningococo C. Se debe informar de la existencia de otras vacunas que no se incluyen en el calendario: Neumococo 7-valente. Se realizará una exploración física con especial atención a fontanelas, caderas, genitales y desarrollo psicomotor. Pautas de alimentación, consejos para prevenir la muerte súbita del lactante, estimulación psicomotriz y prevención de la caries dental.

Revisión de los 6 meses. El bebé recibirá otra dosis de las vacunas de lHepatitis B, Difteria, Tétanos, Tos ferina acelular, HaemophilusInfluenzae b y Polio inactivada. Se informará de la existencia de otras vacunas que no se incluyen en el calendario como el neumococo 7-valente. La exploración física se centrará en fontanelas, caderas, genitales, desarrollo psicomotor. Pautas de alimentación, consejos para prevenir la muerte súbita del lactante, estimulación psicomotriz y prevención de la caries dental.


Revisión de los 9 meses. Exploración física y atención a la educación para la salud: alimentación, prevención de acciddentes, prevención del tabaquismo pasivo, cuidados e higiene (baño y paseo diario), fomentar la autonomía y la autoestima, reforzar el vínculo afectivo y prevenir la caries dental evitando que el niño duerma con un biberón en la boca.

jueves, 5 de mayo de 2016

¿Sabes la importancia de la rutina de sueño para los niños?


Para que nuestros niños se despierten despejados, con ganas de hacer cosas, de aprender, de jugar y de 'desayunarse' el día... necesitan dormir las suficientes horas durante la noche y hacerlo de manera continuada. Ese despertar alegre, lleno de saltos y rebosante de energía es muy característico de los niños pequeños.

Hábitos de sueño de los niños

Sabemos que el cansancio, la apatía, el mal humor o las rabietas de los niños en edad preescolar vienen de la mano, la mayoría de las veces, de estados en el que el niño tiene hambre, está malito o tiene sueño. El niño estará cansadísimo al final del día, pero será muy difícil que venga a decirnos: 'mamá, acuéstame'. Generalmente, aguantará dándose de cabezazos contra los muebles o preferirá sacar ese pequeño monstruo malhumorado que nos saca de quicio. Por eso, debemos reconocer los síntomas del cansancio y asegurarnos de que su sueño nocturno ocupe unas once o trece horas del día.

A continuación os proponemos algunas sugerencias para desarrollar patrones de sueño saludables y que el momento de irse a la cama sea un momentos placentero y forme parte importante de la rutina del niño:

- Seguir la rutina de ciertas acciones de manera repetida para que sean previsibles para el niño: tomar un baño, ponerse el pijama y zapatillas, lavarse los dientes, hacer pis, leer un cuento... proporcionarán al niño sensación de comodidad y seguridad.

- La voz de los padres es una buena herramienta para disponer a los niños al sueño: una canción, una oración, un historia repetida todos los días puede tener un efecto calmante.

- A los niños les encanta que un adulto le cuente un cuento en voz alta. Además de relajarle y sentirse acompañado, potencia el gusto por los libros y la lectura.

- Todos los padres deberían dedicar algo de tiempo a hablar con sus hijos antes de acostarse. El día del niño está lleno de nuevas experiencias que estará ansioso por compartir aunque, según la edad, tengamos que preguntarle.

- En el momento de acostarse deben evitarse todas las distracciones en la habitación: el ruido y la luz dificultan el sueño. Para los niños a los que no les guste la oscuridad completa podemos dejarle encendida una luz nocturna de baja intensidad.


- La cama debe ser acogedora, las mantas no deben ser muy pesadas y las sábanas no deben estar demasiado ajustadas. Un besito... buenas noches y felices sueños.

miércoles, 4 de mayo de 2016

¿Qué hacer cuándo tus niños están resfriados?


Tos, estornudos, mocos, picor de garganta y malestar general. Estos son algunos de los síntomas, que nos traen de cabeza, cuando los virus colonizan nuestras vías respiratorias. Se estima que los niños sufren alrededor de ocho resfriados o catarros al año y son los principales motivos de consulta al pediatra y de ausencia escolar.

En casa, cuando uno de nosotros empieza a toser, me echo a temblar. Ya sé que durante las próximas dos semanas iremos cayendo uno tras otro y que nuestra convivencia se desarrollará inmersa en un festival de pañuelos, jarabes, analgésicos y cansancio agotador. Y es que evitar el contagio es muy difícil. A pesar de las recomendaciones de no toser o estornudar encima de otras personas, de hacerlo siempre sobre un pañuelo y de extremar la higiene de las manos, la mayoría de los catarros están causados por los rinovirus, que viven en pequeñas gotas invisibles, que permanecen suspendidas en el aire que respiramos esperando una oportunidad para colonizar un tejido.

Los virus son responsables de los resfriados de los niños

Los resfriados son contagiosos durante los 2 o 4 primeros días en que aparecen los síntomas. Basta con inhalar aire que tenga partículas de virus, entrar en contacto con una persona resfriada o tocar alguna superficie contaminada con algún rinovirus para contagiarnos. Aprovechan los cambios de temperatura corporales, tan habituales en la época invernal, para colarse en nuestro organismo y acampar a sus anchas. Los rinovirus suelen penetrar en el organismo aprovechando un enfriamiento de las fosas nasales de los que experimentamos varias veces al día en nuestra vida cotidiana al entrar en clase después del recreo, al montar en el autobús después de haber estado un rato esperándolo en la calle o al llegar a la oficina, a casa o a un bar tras haber caminado un rato por la calle.
Una vez dentro del organismo sobreviven aproximadamente unos siete u ocho días, que es el tiempo que dura la enfermedad. Existen más de 100 tipos de rinovirus, que son capaces de atravesar los revestimientos de protección, provocando la reacción de nuestro sistema inmunológico que se defiende con fiebre, una alteración de nuestra temperatura corporal encaminada a atacar a los gérmenes intrusos. Otros síntomas que podemos presentar tanto los niños como los adultos son picor de garganta, nariz congestionada, estornudos, dolor de cabeza, cansancio, dolores musculares y pérdida del apetito.

Estos síntomas pueden confundirse, en ocasiones, con los de una gripe, una enfermedad común también producida por un virus. Para distinguirlas, ten en cuenta que mientras los síntomas del catarro se notan lentamente, la gripe aparece de forma repentina, cursa con fiebre alta, tos seca, dolor de garganta, muscular y de cabeza, escalofríos y un nivel de agotamiento severo. Tanto si es gripe o resfriado, lo mejor es consultar siempre con el pediatra para seguir el tratamiento más adecuado. Beber mucho líquido y descansar es siempre la mejor receta antiviral para recuperarse pronto.

martes, 3 de mayo de 2016

¿Qué pueden hacer los padres si el bebé o el niño tienen fiebre?


Uno de los principales motivos de consulta pediátrica, tanto en servicios hospitalarios como en servicios de atención primaria, es la fiebre en el niño. La fiebre es la elevación de la temperatura normal del cuerpo: más de 38º C si se mide en el recto o más de 37,5º C si se mide en la axila. De 37.5ºC a 38ºC axilar se considera febrícula. 

La causa más frecuente en los niños es una infección vírica. Según las recomendaciones de la SEUP (Sociedad Española de Urgencias Pediátricas) esto es lo que los padres deben conocer de la fiebre en la edad pediátrica. 

¿Qué pueden hacer los padres si el bebé o el niño tiene fiebre?

Es recomendable medir la temperatura con el termómetro. Es verdad que los padres y madres sabemos cuándo el niño tiene fiebre por su actitud, sus 'chapetas', al ponerle la mano en la frente o en la espalda…pero el pediatra va a preguntar el grado de fiebre…y no puede ser algo aproximado.

- Sólo es necesario bajar la fiebre si el niño está molesto. Esto ocurre, generalmente, a partir de 38-38,5ºC. También si el niño tiene antecedentes de crisis febriles es conveniente no dejarle subir mucho la temperatura, aunque puede que el primer signo de que el niño tiene fiebre sea la convulsión. El que ocurra o no una convulsión no tiene relación con el grado de fiebre, sino más con la susceptibilidad individual, y a veces con los cambios bruscos de temperatura.

- No se debe abrigar al niño, si tiene frío sí conviene taparle para que se sienta mejor, pero sin abrigarle en exceso. La temperatura de la casa debe ser templada.
Conviene ofrecerle abundantes líquidos, sin forzarle, puesto que el aumento de temperatura corporal aumenta las pérdidas insensibles de líquido corporal.

- Utilice las dosis de antitérmicos recomendadas por su pediatra respetando los intervalos entre las mismas. Siempre que sea posible adminístrelos por la boca, no por vía rectal, puesto que la absorción es más exacta.

- Según las últimas recomendaciones pediátricas no se deben alternar medicamentos para tratar la fiebre. Es recomendable utilizar sólo uno en las dosis adecuadas.

- Los baños con agua templada (medidas físicas) disminuyen poco la fiebre. Puede usarlos para ayudar a los antitérmicos, pero siempre a una temperatura 2 grados menor a la fiebre del niño. No utilice compresas de alcohol, ni de agua fría.

Cuándo acudir a urgencias si el niño tiene fiebre
- Si el niño tiene menos de 3 meses de edad. Generalmente se solicitará una analítica de sangre y orina al bebé, puesto que tienen más riesgo de infección grave.
- Si su hijo está adormilado, decaído o, por el contrario, muy irritable.
- Si ha tenido por primera vez una convulsión.
- Si se queja de dolor de cabeza intenso y vomita varias veces.
- Si el niño respira con dificultad, se le notan las costillas, respira deprisa o hace ruidos no habituales al respirar.
- Cuando aparecen manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar (esto son las petequias, que pueden ser signo de una infección grave).

Información importante sobre la fiebre

- La fiebre no es mala en sí misma, es un signo de que hay alguna patología, generalmente infecciosa. Es una forma que tiene nuestro organismo para luchar contra la infección.

- La fiebre no produce daños en el cerebro hasta que llega a 42º C o más.


- Los antitérmicos no curan la infección, sólo ayudan a que el niño se sienta mejor. Por lo tanto el proceso infeccioso seguirá su curso, a pesar de los antitérmicos.

lunes, 2 de mayo de 2016

¿Qué hacer para que a los niños les guste la fruta?


El hábito de comer frutas no solo es bueno para evitar enfermedades cardiovasculares y la diabetes, sino también para evitar la obesidad infantil.

A muchos padres les preocupan de que a sus hijos no les gusta la fruta. Aunque comer fruta sea un hábito que debe ser adquirido desde que son muy pequeños en las papillas, hay muchas maneras de lograrlo cuando el niño sea un poco mayor.

Una de formas de estimular al niño a que coma fruta es tenerla siempre a la vista del pequeño, encima de la mesa, de la encimera o en la nevera, y si posible cortada en trocitos, para que los niños puedan comérsela a todas horas. Es aconsejable tener frutas de la época, son más económicas y tienen mejor sabor y calidad. Si vas a comprar fruta ya cortada y envasada, elije la que no tenga azúcar añadido. La fruta hay que comérsela tal cual, sin azúcar.

Una de las recetas muy prácticas y ricas para estimular el consumo de frutas es tener siempre preparada una ensalada de frutas para los niños en la nevera. Si te apetece introducir la fruta en la dieta de tus hijos, sea en el desayuno, en el postre o en la merienda, esta ensalada de frutas puede representar un gran paso:

Ensalada de frutas (para 4 personas)
- 3 naranjas
- 2 manzanas
- 2 peras
- 2 plátanos
- 3 kiwis
- 2 cucharadas de miel
- También podrás añadir trozos de otras frutas como sandía, uvas, fresas, mango, etc.


Para empezar, se pela y se corta cada fruta en trocitos, disponiéndolos en una fuente. Se reserva una naranja para que sea exprimida sobre las frutas cuando estén cortadas, junto con la miel. Esta es una forma muy sencilla para sorprender a los pequeños de la casa. Las ensaladas de frutas también pueden ser acompañadas de una bola de helado o de algún sirope, en el postre. ¡Buen apetito!

s