Las digestiones difíciles se caracterizan por numerosos trastornos digestivos: dolores abdominales, vómitos, diarrea, hinchazón del vientre.
La indigestión es un conjunto de trastornos digestivos que provocan vómitos, diarrea, dolores abdominales y malestar general.
Habitualmente, la indigestión se produce después de una comida demasiado copiosa, pero los síntomas digestivos que indican una simple indigestión también pueden ser el síntoma de diferentes enfermedades, que afectan o no al tubo digestivo. Por otro lado, las digestiones difíciles pueden manifestarse por una sensación de malestar digestivo que aparece después de las comidas (dispepsia).
Habitualmente, la indigestión se produce después de una comida demasiado copiosa, pero los síntomas digestivos que indican una simple indigestión también pueden ser el síntoma de diferentes enfermedades, que afectan o no al tubo digestivo. Por otro lado, las digestiones difíciles pueden manifestarse por una sensación de malestar digestivo que aparece después de las comidas (dispepsia).
Excesos alimentarios
La mayor parte de los casos de indigestión se deben a comidas demasiado abundantes, asociadas al consumo de una gran cantidad de alcohol. Un alimento, aunque sea de excelente calidad, puede dar lugar a vómitos, diarrea y dolor abdominal si la ingestión es demasiado rápida y si la cantidad ingerida es excesiva. A menudo, los niños presentan estos síntomas después de meriendas demasiado copiosas.
Los vómitos pueden ser abundantes y repetidos, y pueden contener sangre. En algunos casos, el paciente sufre ardores de estómago al día siguiente. Una indigestión por exceso alimentario se cura sola.
El tratamiento consiste en hacer dieta y guardar reposo.
Los vómitos pueden ser abundantes y repetidos, y pueden contener sangre. En algunos casos, el paciente sufre ardores de estómago al día siguiente. Una indigestión por exceso alimentario se cura sola.
El tratamiento consiste en hacer dieta y guardar reposo.
Dispepsia
Es una sensación de malestar digestivo, muy molesta para el paciente, que aparece después de comer.
En la mayor parte de los casos, la dispepsia no tiene ninguna causa orgánica. Es un trastorno de naturaleza funcional, cuyo mecanismo es desconocido.
Síntomas. Se manifiesta por dolores abdominales, de localización imprecisa (pueden irradiar a todo el abdomen), sensación de pesadez y de hinchazón después de la comida y lentitud de la digestión. A veces, el paciente eructa, tiene hipo, sufre náuseas y vómitos. Tiene la boca pastosa, con un gusto desagradable y mal aliento. A menudo, es incapaz de terminar una comida normal. Su estado general no está alterado: no adelgaza e incluso puede existir un cierto sobrepeso.
Tratamiento. Consiste, esencialmente, en la aplicación de medidas dietéticas e higiénicas. Es preciso evitar el abuso de féculas (p. ej., alubias, lentejas, guisantes o patatas), embutidos grasos, frituras y algunos condimentos que el propio paciente sabe que agravan los trastornos. Se desaconsejan las bebidas alcohólicas, como té, café y tabaco. Es preciso comer con calma, respetar un horario regular y masticar bien los alimentos. Se recomienda comer tres o cuatro veces al día.
Los medicamentos no poseen prácticamente ningún efecto sobre este trastorno.
En la mayor parte de los casos, la dispepsia no tiene ninguna causa orgánica. Es un trastorno de naturaleza funcional, cuyo mecanismo es desconocido.
Síntomas. Se manifiesta por dolores abdominales, de localización imprecisa (pueden irradiar a todo el abdomen), sensación de pesadez y de hinchazón después de la comida y lentitud de la digestión. A veces, el paciente eructa, tiene hipo, sufre náuseas y vómitos. Tiene la boca pastosa, con un gusto desagradable y mal aliento. A menudo, es incapaz de terminar una comida normal. Su estado general no está alterado: no adelgaza e incluso puede existir un cierto sobrepeso.
Tratamiento. Consiste, esencialmente, en la aplicación de medidas dietéticas e higiénicas. Es preciso evitar el abuso de féculas (p. ej., alubias, lentejas, guisantes o patatas), embutidos grasos, frituras y algunos condimentos que el propio paciente sabe que agravan los trastornos. Se desaconsejan las bebidas alcohólicas, como té, café y tabaco. Es preciso comer con calma, respetar un horario regular y masticar bien los alimentos. Se recomienda comer tres o cuatro veces al día.
Los medicamentos no poseen prácticamente ningún efecto sobre este trastorno.
Hipo
Es una contracción brusca e involuntaria de los músculos respiratorios, que se acompaña de un chasquido de la glotis. Este fenómeno puede ser molesto si persiste: se vuelve doloroso, molesta durante la alimentación e impide el sueño. Sus causas son múltiples. A menudo, se debe a una irritación del esófago, provocada por una alimentación demasiado rápida o por el consumo de platos muy condimentados. El tratamiento consiste en tratar la causa, si se conoce, y administrar medicamentos sedantes.
Aerofagia
La aerofagia es una deglución de aire que puede mantener una dilatación anormal del estómago. La ingestión de una cierta cantidad de aire es normal. En cambio, cuando es excesiva, puede originar una aerogastria, que se traduce por una sensación de tirantez en el abdomen. La aerofagia se debe, generalmente, a un nerviosismo importante, que se manifiesta por movimientos frecuentes de deglución.
También puede ocurrir al comer y beber demasiado deprisa. Al acabar la comida, el excedente de aire puede expulsarse (eructo). La aerofagia no tiene ningún tratamiento específico eficaz.
También puede ocurrir al comer y beber demasiado deprisa. Al acabar la comida, el excedente de aire puede expulsarse (eructo). La aerofagia no tiene ningún tratamiento específico eficaz.
Ataque de hígado
El «ataque de hígado» no figura en los textos de medicina, ya que el hígado no interviene en los signos asociados a una crisis de este tipo. En la mayoría de los casos, se designa con esta expresión a la migraña acompañada de síntomas digestivos: náuseas, vómitos, dolores abdominales. Estas migrañas se desencadenan, a menudo, después de tomar ciertos alimentos, como chocolate y alcohol, de donde procede la incriminación del hígado. Tienen un tratamiento específico, que no actúa sobre el hígado.
Ningún medicamento destinado a tratar las enfermedades del hígado sirve para curar estos «ataques de hígado».
Ningún medicamento destinado a tratar las enfermedades del hígado sirve para curar estos «ataques de hígado».
Falsas indigestiones
Una enfermedad cardíaca, pulmonar o abdominal puede provocar signos parecidos a los de una indigestión: la lesión de una parte de los tejidos del corazón, asociada a una brusca detención de su riego sanguíneo (infarto de miocardio), la obstrucción brusca de una de las ramas de la arteria pulmonar (embolia pulmonar), dolores espasmódicos asociados a la presencia de un cálculo en las vías biliares (cólico biliar), una inflamación del páncreas (pancreatitis) o una apendicitis aguda. En todos estos casos, las manifestaciones digestivas suelen ser poco habituales y no guardan una relación evidente con los excesos alimentarios. No suele ser fácil establecer un diagnóstico.
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