La miel es una solución que elaboran las abejas para alimentar a sus larvas y asegurarse el abastecimiento durante el invierno.
Es un producto biológico muy complejo, cuya composición nutritiva varía notablemente según la flora de origen, la zona y el clima.
Es esencialmente una disolución acuosa concentrada de azúcar invertido, con mezcla de otros hidratos de carbono, diversas enzimas y ceras, aminoácidos, ácidos orgánicos, minerales, sustancias enzimáticas y pigmentos.
Es un alimento calórico, que contiene azúcares como fructosa (38 %), glucosa (31 %) y sacarosa (1-2 %). El contenido en minerales es modesto y dentro de sus elementos más importantes se encuentra el potasio seguido de cloro, azufre, calcio, fosforo, magnesio etc.
Además de componentes nutritivos, contiene inhibinas, sustancias que le otorgan capacidad bactericida y antiséptica.
Una cucharada de miel ejerce una suave acción expectorante y antitusígena. En gárgaras alivia la irritación de garganta, la amigdalitis y faringitis.
Por su suave acción laxante, es recomendable como sustituto del azúcar en caso de estreñimiento.
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