martes, 20 de enero de 2015

Cuida la piel que te cuida

Como proteger la piel que te protege

La piel es la primera defensa de tu cuerpo contra las enfermedades y las infecciones. 

Es el órgano más grande de tu cuerpo. ¿Su función? Ayuda a regular la temperatura del cuerpo y previene la pérdida de fluidos. Además, ayuda a tu organismo a eliminar el exceso de agua y sal.

Pero hay más: la piel (en especial la hipodermis o capa subcutánea) hace de cojín protector para los órganos internos, llevándose la peor parte en nuestros encontronazos físicos con la realidad exterior.
Cuando la piel aparece seca te está dando un mensaje muy concreto: necesita agua y aceites que la hidraten.
Es un órgano vivo y activo que no deja de producir células nuevas: en el plazo de 28 días toda tu piel se ha renovado, desprendiéndose de las células más viejas.
Con el paso del tiempo la piel se hace más fina y seca, como resultado de la ruptura de las fibras de colágeno. Pierde elasticidad y se hace más frágil, especialmente si ha sido expuesta a demasiado sol.
Dado que los rayos de sol constituyen la influencia más nociva para la piel, el primer elemento para el cuidado y salud de la misma consiste en evitar las exposiciones al sol en las horas más intensas (de 10 a 2 del mediodía) y utilizar un buen protector solar siempre que el sol esté brillando sobre nuestras cabezas.

Cómo proteger la piel
  • Utiliza un buen protector solar, gafas de sol y gorras con visera.
  • Aliméntate con una dieta rica en frutas y vegetales, carbohidratos complejos y proteínas no grasas.
  • Toma ácidos grasos esenciales, que encontrarás en el aceite de linaza, aceite de borraja, aceite de girasol, y sus semillas, entre otras fuentes (como los frutos secos).
  • Toma suplementos de vitamina E, C y betacaróteno, así como selenio.
  • Bebe de seis a ocho vasos de agua purificada al día.
  • Evita el alcohol y el tabaco. El humo del tabaco te perjudica igualmente aunque no estés fumando tú.
  • Lávate la cara y las partes expuestas después de caminar, correr, ir en bicicleta o en moto entre el tráfico.
  • Utiliza agua templada o fría, nunca caliente (especialmente para el lavado de la cara y las manos).
  • Las cremas hidratantes con vitamina A, E, C y ácido alpha hydroxy (ácido láctico y ácido glicólico) nutren, hidratan y revitalizan la piel.


Estructura de la piel

Para cuidar mejor tu piel no te vendrá nada mal conocer y entender su estructura.
La piel está formada por varias capas. Para resumir, podemos clasificarlas en tres: la epidermis, la dermis y la hipodermis.
La epidermis es la capa exterior, del grosor de una hoja de papel.
Está dividida, a su vez, en cuatro capas:
  • El stratum corneum, que es la capa exterior, que hace de barrera a tu cuerpo con el medio ambiente. Está formada por queratina, que son densas células de proteínas.
  • Seguidamente, la capa granular, que produce proteínas y lípidos (o grasa), para el stratum corneum.
  • En tercer lugar, una capa de células escamosas, que produce queratina para el stratum corneum y transporta el agua.
  • Una capa de células basales, la más profunda, donde se producen las células escamosas y donde residen las células que producen melanina o pigmento de la piel. El melanoma (uno de los principales cáncer de piel) se origina en estas células.

Sin prisa pero sin pausa, cada capa va generando la materia prima para la capa más externa y ocupando su lugar. En el plazo de 28 días, todas las células de tu piel se han renovado, pasando las células de la capa basal al stratum corneum, formado en su mayor parte por células muertas. La dermis es la capa siguiente y acoge a las venas, nervios, folículos de pelo y glándulas sebáceas. Aquí es donde se encuentran las proteínas colágeno y elastina, que dan elasticidad a tu piel.

La hipodermis o tejido graso, por último, es la capa subcutánea que alimenta a la dermis y a la epidermis. Conserva el calor del cuerpo y, como decíamos más arriba, hace de cojín para los órganos internos, protegiéndoles de los golpes con el exterior. 
Tras echarle un rápido vistazo a la estructura y composición de la piel, podemos deducir la importancia de las proteínas y lípidos, el agua, el colágeno y la elastina , para conservar la salud de la piel.
Toma nota y cuida la piel que te cuida. 

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