La alergia es una reacción patológica del sistema inmune del organismo –que, en condiciones normales, se encarga de proteger ante las infecciones y los tumores- caracterizada por una respuesta inflamatoria exagerada ante algunos estímulos (o antígenos) que son inocuos y perfectamente tolerados por la mayor parte de la población.
Dicha respuesta inmunológica exagerada es perjudicial para el organismo y puede ser aguda o crónica y más o menos intensa, según cuál sea el órgano o tejido donde se desarrolla la alergia o respuesta inmunitaria anómala.
¿Cómo se manifiestan las alergias?
Sus manifestaciones son muy variadas: en la dermatitis atópica, la urticaria o el angioedema, la piel es el órgano afectado o "diana". En el caso de las rinitis alérgicas o en el asma bronquial es el sistema respiratorio el afectado, mientras que en los casos más graves, como en el "shock" anafiláctico, afecta a todo el organismo y puede conducir a la muerte.
Causas de la alergia
Aunque se conocen muchos de los mecanismos inmunológicos que tienen lugar durante las reacciones alérgicas y cuáles son muchos de los factores desencadenantes, la causa última de la alergia no está totalmente aclarada en la actualidad. Sabemos que hay factores genéticos y hereditarios.
Se ha podido demostrar que existe una clara predisposición familiar: si los dos progenitores sufren patología alérgica, existen por lo menos un 50% de probabilidades de que un niño sea alérgico. La exposición a diferentes agentes antigénicos (que estimulan las reacciones inmunológicas de tipo alérgico) y la posterior sensibilización del organismo son los determinantes para que se inicie el proceso alérgico y puede ser por distintas vías: digestiva, cutánea, respiratoria.
¿Cuándo debemos sospechar una alergia?
- Si aparecen lesiones en la piel como vesículas, pápulas (o habones), hinchazón u otras, que provoquen picor o escozor.
- Rojeces o lesiones que cambian de localización y provocan picor o escozor.
- Hinchazón o tumefacción de la piel, especialmente si afecta a labios o párpados.
- Rinitis, conjuntivitis o picor en boca o garganta, con o sin manifestaciones de malestar general.
- Tos continua o persistente, mucosidad excesiva, sibilancias o "pitidos" al respirar, especialmente si son repetidos o persistentes; sensación de ahogo, insuficiencia respiratoria.
- Hipotensión arterial, colapso.
¿Cómo se confirma el diagnóstico?
- Si se demuestra un incremento de los niveles de inmunoglobulina E en un análisis de sangre.
- Al dar positivo en los tests cutáneos (inyección intradérmica o contacto sobre la piel de diferentes sustancias o alérgenos que desencadenan una respuesta inflamatoria).
- Por los tests de provocación (evaluación de los síntomas que aparecen después de administrar el fármaco o alimento a estudiar).
¿Cómo prevenir la alergia?
- La lactancia materna puede actuar como medida preventiva general en caso de predisposición alérgica.
- Evitar la exposición al polvo doméstico (peluches, exceso de alfombras, moquetas, etc.)
- Correcto entrenamiento de los familiares y cuidadores de los niños afectos de alergia alimentaria a leer la composición de cualquier alimento comercializado.
- Medicación específica (antihistamínicos, mediadores de la inflamación, vacunas o inmunoterapia) en algunos casos, como tratamiento preventivo "de base".
0 comentarios:
Publicar un comentario