El número de comidas aceptado como nutricionalmente más
saludable en la etapa infantil es de 5 al día, 3 principales, desayuno, almuerzo
y cena, y dos más ligeras, refrigerio y merienda. La comida debería aportar
aproximadamente un 30-35% del aporte calórico total del día, e incluir
alimentos de todos los grupos, preferiblemente frescos y cocinados de la manera
tradicional.
Somos afortunados de tener una cultura culinaria muy sana
y un estilo de vida bastante saludable, lamentablemente, el ritmo de vida de la
sociedad actual dificulta en muchas ocasiones la adopción de estos hábitos
tradicionales tan saludables, provocando la aparición de alteraciones asociadas
al desequilibrio alimentario y la inactividad física.
Cómo
debe ser la comida del mediodía para los niños
La dieta mediterránea se caracteriza por un alto aporte
de frutas, verduras, hortalizas y legumbres, acompañadas de pan y aliñadas con
aceite de oliva, un moderado consumo de leche y productos lácteos y un aporte
proteico que proviene en general, del pescado y en menor medida de carnes
rojas.
En particular, los menús de los almuerzos deberían
incluir alimentos de temporada y preparaciones culinarias consistentes o
ligeras en función de la estación del año. Además, podría también diferenciarse
entre menús cotidianos, o los que suelen comerse a diario, y otros más
ocasionales, bien por ser más elaborados y necesitar más tiempo de preparación
o por ser típicos de fechas concretas.
Es difícil, sin embargo, establecer recomendaciones generales en cuanto
al tamaño de las raciones más apropiadas para las diferentes edades, ya que las
necesidades varían no solo con la edad y, en la adolescencia, también con el
sexo, sino también con la constitución y la actividad física individual e
incluso con diversos factores genéticos.
El
almuerzo incluye tres platos para los niños
En general, la comida suele dividirse en tres platos,
primero, segundo y postre, y acompañarse de una porción de pan.
Primer plato: Como primer plato se recomienda, al menos
un par de veces en semana, el consumo de legumbres, preferiblemente acompañadas
de cereales (lentejas con arroz, garbanzos y sopa…), ya que aumenta la calidad
de la proteína. Otras opciones son el arroz o la pasta, cuanto menos refinados
mejor, los platos a base de patatas, con o sin verduras, o platos elaborados
exclusivamente a base de verduras. Dependiendo de la densidad calórica del
primer plato, debería elegirse un segundo plato más o menos calórico.
Segundo plato: Entre los segundos platos pueden ofrecerse
carnes, pescados o huevos acompañados de una guarnición de verduras, patatas o
ensalada, y que obviamente, complementen nutricionalmente al primer plato. El
cocinado debería evitar la incorporación de grasas extra a los alimentos, por
tanto, el horneado o el cocinado a la plancha deben anteponerse a la fritura, y
el uso de aceite de oliva al de mantequilla o margarina.
Postre: En el postre convendría incluir una pieza de
fruta fresca de temporada, aunque ocasionalmente pueden tomarse postres lácteos
o dulces, mejor aún si están elaborados en casa. El pan, en la medida de lo
posible, es mejor que sea integral, y evitando el pan de molde, ya que contiene
una mayor cantidad de grasas que el de barra tradicional.
En resumen, a mayor variedad de alimentos y preparaciones
culinarias en el menú de mediodía, mayor posibilidad de conseguir un equilibrio
y aporte nutricional óptimos.
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