viernes, 29 de abril de 2016

¿Sabes que la última comida del día debe ser ligera y nutritiva?


El desayuno es quizás la comida más importante para los niños, pero tampoco hay que despreocuparse de la cena. Los niños acaban rendidos después de un agotador día de estudios y juegos. Por tanto, una cena ligera y nutritiva puede ayudarles a reponer fuerzas y a descansar mejor por la noche.

Consejos para las cenas de los niños

1. Los madrugones, la carga de las pesadas mochilas llenas de libros en época escolar, las clases extraescolares y los agotadores juegos en la piscina en época de calor, hacen que los niños acaben rendidos al final del día.  Por eso, una alimentación adecuada es un factor importante para que los más pequeños tengan fuerza y ánimo durante todo el día.

2. Actualmente, es común que tanto el padre como la madre trabajen fuera de casa. Esto convierte la cena en la única comida del día que se puede realizar en familia. Es importante sentarse a la mesa sin prisas para que el niño disfrute junto a su familia de la cena, mientras se charla y se comenta lo ocurrido durante el día.

3. Para que los pequeños puedan nutrirse con una alimentación equilibrada, es conveniente que los padres preparen la cena del niño en función de lo que haya comido ese día, pudiendo elaborar el plato más adecuado desde el punto de vista nutricional. Si bien, es conveniente que las cenas tanto de los niños como de los mayores sean ligeras en cantidades y pobres en alimentos grasos, ya que las cenas copiosas o muy calóricas pueden impedir conciliar el sueño, además de hacer que éste no sea totalmente reparador.

4. Por lo general, lo más indicado es que la cena incluya un plato de verduras, tanto crudas en forma de ensalada como cocinadas. En caso de que al mediodía el niño haya comido pasta, arroz o legumbres, conviene ofrecerle bien una ensalada variada presentada de forma original con alimentos que le den color y la hagan más apetecible, o bien un plato de verduras cocinadas.

5. Para que esta verdura resulte más atractiva, puede ser una buena idea cocinarla rellena, en forma de brochetas, salteada, con diferentes salsas, a la papillote... De este modo, resultará más fácil conseguir que los pequeños consuman de forma habitual estos sanos y nutritivos alimentos, que normalmente no resultan de su agrado. En caso de que en el colegio el niño haya tomado una ensalada o un plato de verdura, por la noche puede cenar un plato de pasta o arroz, tortilla de patata... o incluso una original ensalada de pasta de colores, arroz o patata.

Los segundos platos en la cena de los niños

Los segundos platos de la cena, normalmente, no son tan contundentes y abundantes como los del mediodía. En el caso de los más pequeños no es usual que coman un filete como segundo plato en la cena. Si ese día han comido pescado, una buena opción sería ofrecerles por la noche unas croquetas de jamón o de pollo, una tortilla variada, pavo o pollo, unas salchichas frescas... mientras que si a la hora de comer el niño ha tomado carne, conviene que por la noche coma pescado o huevo.

El pescado es uno de los alimentos que más problemas presenta a la hora de ser consumido por los más pequeños debido a las espinas y a las alergias. Resulta útil ofrecerles piezas que no contengan espinas y cocinarlo de formas diferentes para que el niño no se aburra. Puede elaborarse con diferentes salsas o guarniciones de alimentos que den color al plato y, en algunas ocasiones, utilizarse como ingrediente de tortillas, empanadillas, croquetas o pudin.

Postres infantiles sanos para la cena

De postre, es aconsejable no abusar de los dulces ni de postres demasiado grasos, que proporcionan un exceso de calorías imposibles de quemar durante el sueño nocturno. Conviene optar por el consumo de frutas presentadas enteras o cortadas y mezcladas en macedonia. Otra opción son los lácteos, que hoy en día se presentan en una gran variedad de productos.

Para que la alimentación de los niños sea equilibrada y evitar problemas de salud como la obesidad, es fundamental conocer la alimentación que los niños llevan en el colegio y considerar la cena como una comida tan importante como la del mediodía, a la que hay que prestar tiempo y dedicación, evitando el consumo excesivo de comida rápida.

Platos únicos para las cenas de los niños

Otra opción es ofrecer a los niños un plato único que sea variado y ofrezca verdura y proteinas, mucho mejor que los hidratos de carbono (más pesados de procesar por la noche). Por eso, algunos platos ideales para los niños para la cena serían: Un plato de pescado cocido con arroz,  Guisantes con jamón y huevo, Arroz con carne picada, Filete de ternera con arroz y tomate,  Ensalada de garbanzos con atún ,  Lomo con verduras a la plancha.  Después deberíamos darles un postre (una pieza de fruta o un lácteo).

jueves, 28 de abril de 2016

¿Sabes cuáles son las ventajas de merendar para los niños?


La merienda es el aporte nutritivo que necesita un niño durante un intervalo de tiempo, que transcurre entre la comida del mediodía y la cena, y que puede resultar demasiado amplio. Los niños necesitan un reparto uniforme de la energía y de los nutrientes en relación a las actividades diarias que realizan, evitando lapsus de tiempo demasiado extensos.

Las ventajas de merendar para los niños

Tomar algo a media tarde supone una ventaja nutricional, ya que garantiza el mantenimiento de niveles constantes de glucosa en sangre y evita el consumo de las reservas propias del organismo. En este sentido, la merienda debería representar el 15 por ciento del aporte energético total diario, mientras que el desayuno debería suponer el 20 por ciento, la comida el 40 por ciento, y la cena, el 25 por ciento restante. Además, debido a que el aparato digestivo de los niños todavía está en pleno periodo de maduración y desarrollo, su organismo no está suficientemente preparado para estar muchas horas sin comer.

La merienda supone un paréntesis y una recarga de energía muy útil y necesaria para continuar la jornada o para emprender una serie de actividades que requieren un esfuerzo psíquico y/o físico como es el caso de las actividades extraescolares realizadas por niños y adolescentes, por ejemplo. Por otra parte, una merienda adecuada ayuda a controlar el sobrepeso, ya que siempre es un recurso eficaz para calmar el apetito y no llegar a la cena con demasiada hambre. Evita "picar" entre horas y da sensación de saciedad.

Reglas para una buena merienda infantil

1. Moderación. Las cantidades a ingerir no deben ser excesivas para evitar el exceso de calorías o anular el hambre para la cena. Se debe cuidar tanto el tipo de alimentos como la ración de los mismos.

2. Digestión. Evita que la merienda interfiera en el proceso de digestión de la comida del mediodía. Debe estar lo suficientemente alejada de la misma y no tomarse demasiado tarde para impedir que niño no tenga hambre a la hora de la cena.

¿Qué meriendan los niños?

En España, la merienda de los escolares se compone mayoritariamente de bocadillo (65 por ciento), bollería (20 por ciento), pan con chocolate (20 por ciento), yogur y fruta (20 por ciento), siendo el 81 por ciento de los niños quienes consumen habitualmente algún tipo de merienda.

¡Una buena merienda para los niños!

Básicamente, una buena merienda debe incluir leche o derivados, fruta y cereales. Una buena opción para los niños es añadir cacao en polvo a la leche para garantizar el aporte de energía necesaria.

Esta ingesta a media tarde puede ser una buena oportunidad de completar las raciones diarias recomendadas de frutas, cereales y lácteos. La merienda debe incluir alimentos variados y ricos en nutrientes. Es recomendable moderar el consumo de alimentos excesivamente calóricos o ricos en grasas saturadas y azúcares refinados, que pueden resultar perjudiciales si se toman en exceso y pueden ocasionar sobrepeso y obesidad, así como otras patologías. Una opción saludable puede ser un combinado de alimentos representativos de estos tres grupos, por ejemplo, un vaso de leche acompañado de una fruta o cereales, pan con chocolate y una fruta. O bien, también resulta muy aconsejable tomar un yogur y frutos secos o un bocadillo de jamón o queso.

1. Cereales. El pan, las galletas y los cereales en copos ofrecen al niño la energía necesaria para el buen funcionamiento de sus músculos y de su cerebro.
2. Productos lácteos. Un vaso de leche (con o sin chocolate en polvo), un yogur natural o de frutas, o un trozo de queso son alimetos ricos en calcio y en proteínas necesarios para su crecimiento.
3. Fruta. Una pieza de fruta o un zumo natural de frutas contiene fibra y la cantidad de vitamina C necesaria para reponer su sistema inmunológico, y el agua que necesita para calmar la sed.

Opciones poco saludables para merendar

La merienda debe ser equilibrada y balanceada con el resto de las comidas. Evita:
- Ofrecer al niño un paquete de galletas para calmar el hambre.
- Permitir que el niño llene su tripa con patatas fritas, cacahuetes, dulces, etc.
- Pensar que con un bollo (sobaos, donuts, etc) el niño estará alimentado.
- Sustituir los zumos de frutas (porque al niño no le gusta) por bebidas gaseosas.

- Permitir que el niño meriende viendo la televisión o delante del ordenador. Eso le distraerá y creará un mal hábito de cara al futuro.

miércoles, 27 de abril de 2016

¿Cómo debe ser el almuerzo del mediodía para los niños?


El número de comidas aceptado como nutricionalmente más saludable en la etapa infantil es de 5 al día, 3 principales, desayuno, almuerzo y cena, y dos más ligeras, refrigerio y merienda. La comida debería aportar aproximadamente un 30-35% del aporte calórico total del día, e incluir alimentos de todos los grupos, preferiblemente frescos y cocinados de la manera tradicional.

Somos afortunados de tener una cultura culinaria muy sana y un estilo de vida bastante saludable, lamentablemente, el ritmo de vida de la sociedad actual dificulta en muchas ocasiones la adopción de estos hábitos tradicionales tan saludables, provocando la aparición de alteraciones asociadas al desequilibrio alimentario y la inactividad física.

Cómo debe ser la comida del mediodía para los niños

La dieta mediterránea se caracteriza por un alto aporte de frutas, verduras, hortalizas y legumbres, acompañadas de pan y aliñadas con aceite de oliva, un moderado consumo de leche y productos lácteos y un aporte proteico que proviene en general, del pescado y en menor medida de carnes rojas.

En particular, los menús de los almuerzos deberían incluir alimentos de temporada y preparaciones culinarias consistentes o ligeras en función de la estación del año. Además, podría también diferenciarse entre menús cotidianos, o los que suelen comerse a diario, y otros más ocasionales, bien por ser más elaborados y necesitar más tiempo de preparación o por ser típicos de fechas concretas.  Es difícil, sin embargo, establecer recomendaciones generales en cuanto al tamaño de las raciones más apropiadas para las diferentes edades, ya que las necesidades varían no solo con la edad y, en la adolescencia, también con el sexo, sino también con la constitución y la actividad física individual e incluso con diversos factores genéticos.

El almuerzo incluye tres platos para los niños

En general, la comida suele dividirse en tres platos, primero, segundo y postre, y acompañarse de una porción de pan.

Primer plato: Como primer plato se recomienda, al menos un par de veces en semana, el consumo de legumbres, preferiblemente acompañadas de cereales (lentejas con arroz, garbanzos y sopa…), ya que aumenta la calidad de la proteína. Otras opciones son el arroz o la pasta, cuanto menos refinados mejor, los platos a base de patatas, con o sin verduras, o platos elaborados exclusivamente a base de verduras. Dependiendo de la densidad calórica del primer plato, debería elegirse un segundo plato más o menos calórico.

Segundo plato: Entre los segundos platos pueden ofrecerse carnes, pescados o huevos acompañados de una guarnición de verduras, patatas o ensalada, y que obviamente, complementen nutricionalmente al primer plato. El cocinado debería evitar la incorporación de grasas extra a los alimentos, por tanto, el horneado o el cocinado a la plancha deben anteponerse a la fritura, y el uso de aceite de oliva al de mantequilla o margarina.

Postre: En el postre convendría incluir una pieza de fruta fresca de temporada, aunque ocasionalmente pueden tomarse postres lácteos o dulces, mejor aún si están elaborados en casa. El pan, en la medida de lo posible, es mejor que sea integral, y evitando el pan de molde, ya que contiene una mayor cantidad de grasas que el de barra tradicional.


En resumen, a mayor variedad de alimentos y preparaciones culinarias en el menú de mediodía, mayor posibilidad de conseguir un equilibrio y aporte nutricional óptimos.  

martes, 26 de abril de 2016

¿Qué alimentos dar a los niños a media mañana?


El refrigerio que se realiza a media mañana y que, sobre todo los niños no deben saltarse. Se trata de un tentempié que se toma entre el desayuno y el almuerzo y ayuda a los niños a reponer el desgaste de energía y a no llegar con mucha hambre a la hora del almuerzo.

Pero, ¿cómo debe ser el refrigerio sano y equilibrado? En principio esta comida debe contener el 5 o 10% de las calorías que ingiere el niño en todo el día, es decir, si lo correcto es que tome alrededor de 1.500 calorías al día, el almuerzo debe contener entre 75 y 150.

El refrigerio de los niños

Los niños suelen comer el refrigerio en el colegio y no estaremos allí para vigilar si lo comen o sencillamente si lo comen. Por ello, es importante no sólo organizar su comida de forma saludable sino también atractiva y respetando sus gustos. Además debemos tener en cuenta estas características:
- el refrigerio no debe realizarse muy cerca de otras comidas para no forzar la digestión o realizar ingestas desequilibradas.
- respetar el equilibrio de alimentos, es decir, si el resto del día el niño no toma fruta, aprovechar el refrigerio para ello.
- respetar el equilibro entre meriendas y almuerzos y alternar los grupos de alimentos entre ellas.
- tener en cuenta que se trata de un tentempié por lo que no es el momento para realizar una alimentación abundante.

Alimentos para refrigerios infantiles

Los alimentos que son recomendables introducir en el refrigerio son:
- Fruta: lo ideal es que el niño lleve al colegio frutas de temporada, pero si le cuesta comerlas podemos sustituirlos por zumos con bajo contenido de azúcar
- Cereales: barritas, galletas, pan o copos

- Lácteos: yogures, queso o batidos     

lunes, 25 de abril de 2016

¿Sabes por qué es tan importante que los niños desayunen bien?


Un desayuno equilibrado puede prevenir la obesidad infantil

El desayuno de los niños debe ser la comida más importante del día. Un desayuno equilibrado para los niños es el compuesto por leche, fruta o zumo e hidratos de carbono. Aproximadamente, el 20 por ciento de la población infantil y juvenil sólo toma un vaso de leche, mientras un 56 por ciento sólo acompaña la leche de algún producto que contiene hidratos de carbono. La mitad de esos niños dedica menos de 10 minutos a desayunar.

En resumen, el desayuno de los niños dista mucho de ser el ideal. Los niños y niñas españolas desayunan mal, lo que implica, según expertos en Nutrición, en un aumento de la obesidad infantil en la mayoría de los casos. El desayuno es, según los nutricionistas, una de las comidas más importantes del día. Debe supone, al menos, una cuarta parte de las necesidades nutricionales de los niños.

¿Por qué es tan importante que los niños desayunen bien?

Cuando los niños no desayunan bien no tienen la energía y la vitalidad necesarias para afrontar el esfuerzo físico e intelectual que les exigen las actividades escolares. Además, un desayuno no adecuado hará que los niños sientan, a media mañana, la necesidad de un gran aporte energético, que seguramente podrán encontrar en productos de alto contenido en azúcar y ácidos grasos, como puede ser la bollería industrial y otros productos similares que están directamente relacionados con el crecimiento de los índices de sobrepeso y de obesidad durante la infancia, por su alto contenido calórico.

Cómo debe ser el desayuno ideal para los niños

En muchas ocasiones, por la falta de tiempo, las prisas y los retrasos, algunas familias prescinden de dar de desayunar a sus hijos en casa. Están obligados, por las circunstancias, a llevar a sus hijos más temprano al colegio y muchos desayunan por el camino. 

Otra alternativa es el desayuno en el colegio, que cada vez, está más cuidado. En la mayoría de las escuelas, el menú está controlado por nutricionistas, lo que significa que se puede confiar en el servicio. Para los padres que tienen más tiempo, en casa, el desayuno ideal y adecuado debe ser variado en alimentos que contengan nutrientes necesarios:
- Lácteos: leche, yogur y/o queso
- Hidratos de carbono: cereales, galletas, pan.
- Grasas: aceite de oliva o margarina
- Vegetales: frutas o zumos
- Otros: mermelada, jamón york o pavo, miel...

Cuando el desayuno aporta por lo menos 3 alimentos de los citados arriba, con toda seguridad, contribuirá a que los niños tengan más energía y más fuerza para desarrollar las actividades escolares. Otra manera de reforzar el aporte de energía necesario para el día a día de los niños es usar cacao en polvo en los desayunos.

Todo es una cuestión de hábito. Si desde la más temprana edad, los niños se acostumbran a desayunar bien, su organismo se habituará a esta costumbre, y le exigirá un buen desayuno todos los días, y ellos se sentirán satisfechos. Así la familia estará previniendo lo que hoy es una preocupación mundial para los expertos de alimentación: la obesidad infantil.

viernes, 22 de abril de 2016

¿Sabes cuáles son las fases del sueño en los niños y los bebés?


El sueño infantil cumple una función reguladora y reparadora en el organismo. Es esencial para el control de la energía y la temperatura corporal. Es muy importante que se respete el ritmo del sueño infantil para favorecer el descanso de los más pequeños. El sueño en los niños y en los bebés, como en los adultos, tiene diferentes fases y etapas, que van variando con la edad. 

Fases del sueño del bebé

Sueño infantil

El sueño REM. Sueño de movimientos oculares rápidos (REM, siglas en inglés): es la fase activa del sueño, en la que el cerebro permanece activo. Y también la más corta.
El sueño NO REM. Sueño NO REM. Es la fase tranquila y profunda del sueño. Y también la más larga.

Etapas del sueño en los niños

El sueño del bebé está dividido en cuatro etapas que se van profundizando progresivamente. Cada una dura cerca de 90 minutos y siempre obedecen a un mismo orden: sueño REM (más liviano y corto) y el sueño NO REM (más profundo y largo).
Todos los bebés transitan por ciclos de sueño superficial y profundo durante una misma noche. Conforme el bebé va creciendo, lo normal es que los sueños REM vayan disminuyendo y que los NO REM vayan aumentando. A la edad de 4 meses, por ejemplo, el bebé consigue dormir 3 o 4 horas seguidas.  Durante los 90 minutos de sueño profundo acompañado en los extremos por el sueño liviano, el bebé experimenta un estado de semialerta. En estos momentos es cuando el bebé está propenso a despertarse. Pero, minutos después, entrará en la fase más profunda completando su descanso nocturno de casi 8 horas.

Periodos de vigilia y descanso del bebé


Es muy importante respetar esos intervalos sin interrumpirlos para que se conviertan en una costumbre. Pretender que el niño concilie el sueño es una tarea difícil y constituye un verdadero desafío. Pero si se respeta su ritmo, todo será más fácil. Un recién nacido, por ejemplo, ya tiene un modo propio de dormir y de despertarse. Los padres deben crear el clima apropiado para que el bebé establezca su propio ritmo de sueño. Si al despertarse, el bebé no encuentra una respuesta inmediata, se verá obligado a encontrar su propia rutina para seguir durmiendo.

jueves, 21 de abril de 2016

¿Cómo es el desarrollo del lenguaje del bebé en sus primeros meses de nacido?


Desde su nacimiento los bebés disponen apenas de los gestos, de algunos sonidos y del llanto para comunicarse y transmitir sus necesidades y emociones, a la gente de su entorno.

La comunicación de los bebés y sus primeras palabras

1. ¿Cómo se comunican los bebés?
Desde el nacimiento los niños se comunican con nosotros a través de gestos y sonidos. A través del llanto, por ejemplo, ya nos indican que hay algo que no les gusta o por el que se sienten molestos, que tienen hambre, miedo, dolor, etc. Por eso cuando hablamos de lenguaje del bebé, diferenciamos dos etapas: la etapa pre-lingüística y la lingüística.

2. ¿Qué es y cómo se desarrolla la etapa pre-lingüística o no verbal?
La etapa pre-lingüística o no verbal se llama así precisamente porque no hay palabras, lo que hay son sonidos, aproximaciones, gorjeos, balbuceos, llantos y sonrisas, que constituyen la primera etapa donde los niños ya se empiezan a comunicar, y dura más o menos hasta los doce meses. Los gestos y sonidos revelan el estado de ánimo del bebé, así como distintas necesidades: de comer, de tener contacto físico, de cambiar pañales, de dormir, beber, etc. Los bebés transmiten y se comunican siempre.

3. ¿Qué señales nos indican que el lenguaje del bebé está evolucionando?
¿Cómo vemos que evolucionan los niños? Pues, desde ese llanto inicial que es la primera manifestación sonora del niño, a esto le seguirá la aparición de la sonrisa como respuesta a lo que sí le gusta, sonidos guturales y vocálicos y, poco a poco empieza a distinguir entonaciones de los padres, es decir, si se refieren a alegría, sorpresa o enfado. En esta evaluación también aparecerá el balbuceo y  las primeras aproximaciones que de por sí apenas tiene un valor comunicativo pero que cada vez van ganando más intencionalidad y significado.  A esto le seguirá una jerga o lenguaje que los padres ya van identificando y esos sonidos son lo que al niño le va acercando a la palabra.

4. ¿Por qué y para qué balbucean los bebés?
El balbuceo no se provoca, por lo general, hasta aproximadamente los cuatro meses, aunque es verdad que los niños antes ya hacen algunos sonidos de manera activa. El balbuceo es su manera de ir entrenando los músculos faciales y los órganos fonatorios  para poder aprender a hablar y, también es una manera de acercarse a su lengua y a su entorno.  Además de ello, los adultos no sólo le van a dar información al hablar, sino que también van a interpretar sus vocalizaciones, dándoles un sentido en el contexto en el que está el niño. Con esto, podemos ver como los niños pasan de  vocalizaciones reflejas como es llanto, a juegos vocálicos, apreciaremos el balbuceo reduplicativo, cuando los niños repiten dos sílabas iguales (mamá, tatá), al que le seguirá el balbuceo no reduplicativo, cuando repiten sílabas diferentes que comienza a constituir una jerga, es decir, una manera de hablar en la que no dicen palabras pero realizan subidas y bajadas de tono que se parecen a la forma de hablar de los adultos.

5. ¿Cómo se produce la transición entre el balbuceo y las primeras palabras del bebé?
En su proceso de evolución entre el balbuceo y las primeras palabras, los niños empezarán, poco a poco, a imitar más sonidos de lo que dicen sus padres y a relacionar la información que les está dando su entorno sobre un objeto con el mismo. De esta manera, aparecerá la jerga de la que hablamos anteriormente y, en esa jerga, irán utilizando la unión de varios sonidos semejantes a una palabra para referirse a algo siempre  de la misma forma, por ejemplo, cuando dicen “aga”, para agua, algo que entiende la gente del entorno en el que está, y, finalmente, esos sonidos evolucionarán hasta la primera palabra.

6. ¿Cómo los padres pueden interferir y ayudar a su bebé a comunicarse más?

En esta etapa, es importante que los padres hablen con frecuencia con su bebé, responda a sus balbuceos y le hagan distintas expresiones con la cara. Hablar es algo que hacemos continuamente y que podemos poner en marcha en cualquier momento, por ejemplo, en las rutinas diarias. Son el mejor momento para enriquecer el mundo de nuestros hijos con información nueva, palabras, gestos, expresiones de cariño y éste, sin duda, es el mejor medio para el desarrollo y maduración de lenguaje. Entonces, podemos escoger enriquecer estas actividades, no sólo por el hecho de hablar, sino por todo lo que eso encierra, complicidad, cariño, seguridad, afectividad, aprendizaje, experiencia y emociones.

miércoles, 20 de abril de 2016

¿A qué se debe el mal aliento de los niños?



El mal aliento infantil es siempre un indicador de que algo no va bien. Suele estar relacionado con alguna enfermedad o problema dental, en el sistema respiratorio o en el estómago. Sin embargo, no debemos confundir la halitosis infantil con el mal aliento que puede presentar el niño al levantarse por la mañana y que se debe a la falta de saliva en la boca durante el sueño nocturno.
Los microorganismos que se encuentran en la boca comienzan a desarrollar su actividad provocando la proliferación de gases de olor desagradable, pero basta con lavarse los dientes para que el mal aliento desaparezca. Y es que, generalmente, el mal aliento en niños puede estar motivado por una deficiente higiene bucal infantil. Una caries o una inadecuada  acumulación de restos de comida en la boca suelen ser las causas responsables del mal aliento. Para solucionarlo, es recomendable una visita al dentista para resolver una posible caries y adoptar los hábitos higiénicos adecuados.

Cómo prevenir el mal aliento en bebés y niños
El cepillado de los dientes después de cada comida es indispensable para prevenir la caries y el mal aliento, aunque el niño todavía tenga dientes de leche. Una caries infantil, además de provocar una infección que puede propagarse por el resto de los dientes de leche y afectar al diente definitivo, puede terminar provocando una enfermedad gástrica o un desplazamiento de las piezas dentales.

En ocasiones, la presencia de un pequeño cuerpo extraño alojado en la boca o en las fosas nasales (trozos de goma-espuma, semillas, juguetes pequeños, restos de comida), que se está descomponiendo, puede la causa real del mal aliento. Es preciso acudir al médico, ya que los padres no debemos intentar retirar el cuerpo extraño, ya que sin querer podemos provocar alguna lesión en el niño. Si el mal aliento persiste, es posible que exista otro tipo de problema o trastorno orgánico como puede ser la acetona, la gastritis, un reflujo provocado por una pequeña hernia de hiato o una infección en las vías aéreas superiores.
Concretamente, el aliento de un niño que tiene acetona es muy particular. Da la impresión de oler a manzanas ácidas, del tipo reineta, desde el momento en el que se despierta por la mañana. La acetona es una sustancia volátil que, en contacto con el aire, desprende un aroma inconfundible, como el de una manzana podrida. Esta sustancia se produce en el organismo cuando la glucosa se encuentra en niveles bajos y las grasas no se queman como deberían. Los niños que presentan acumulación de acetona en la sangre suelen presentar mal olor del aliento y de la orina, además de fiebre y vómitos.

Los remedios caseros contra el mal aliento de los niños, lo único que pueden hacer es esconder un problema oculto de carácter orgánico. El mal aliento es una llamada de atención que no debe ser desatendida ya que una consulta a tiempo puede dar lugar a un diagnóstico y a unos tratamientos oportunos. Si el dentista descarta alteraciones bucales, o a pesar del tratamiento dental el mal aliento persistiera, consulta con el pediatra, quien mediante un examen físico y pruebas radiológicas y de laboratorio será el responsable de hacer un adecuado diagnóstico y aplicar el tratamiento más apropiado.

martes, 19 de abril de 2016

¿Cuándo son reemplazados los dientes de leche por los dientes definitivos?


La caída de los primeros dientes suele comenzar alrededor de los cinco o seis años, cuando empieza un largo proceso de caída y renovación de dientes hasta lograr la dentadura definitiva. A medida que los dientes definitivos crecen y empiezan a salir, empujan a los anteriores, provocando que éstos últimos se desprendan.
El momento de exfoliación o caída de cada diente de leche, que son 20 en total piezas, es aproximado, ya que puede haber variaciones debido a la genética u otros motivos. Los dientes inferiores, que probablemente fueron los primeros en aparecer, también suelen ser los primeros en caer.

¿Cómo salen los dientes definitivos a los niños?
- Inferiores. Los incisivos inferiores nacen en la parte interna de la encía, por detrás de los dientes de leche empujándolos hacia afuera. En la boca de los niños se pueden apreciar los piquitos de los nuevos incisivos por detrás de los incisivos de leche, que aún no han caído.
- Superiores. Nacen por delante de la encía empujando los dientes de leche hacia adentro antes de su caída. Los incisivos centrales superiores salen alrededor de los 6 o 7 años.
- Muelas de los seis años. Este primer molar definitivo va a salir por detrás de las últimas muelas de leche. Estas muelas no sustituyen a ninguna otra, sino que ocupan el espacio libre que hay detrás de los segundos molares, que aún no han caído, y conviven con ellas durante algunos años. Aparecen primero las de abajo y luego las de arriba.

¿Qué hacer cuando empieza a moverse un diente?
La recomendación es no forzarlo, debido a que puede pasar bastante tiempo desde que empieza a moverse hasta que se cae y los movimientos pueden dañar el diente definitivo o la encía. Es importante evitar tocarlo con la lengua o con los otros dientes para provocar su desprendimiento.
Sin embargo, cuando está muy suelto y se mueve tanto que molesta al niño para hablar o comer, podemos permitir que se lo quite él mismo. Si al movérselo, no le duele, es que está bien suelto.

¿Por qué se caen los dientes de leche?
La caída de los dientes de leche se produce cuando el diente permanente, que está bajo la encía, empieza a presionar el diente de leche y va aflojándolo poco a poco. Los dientes se caen dejando un hueco por donde aparece el diente nuevo. Los dientes definitivos despuntan en la encía desgastando las raíces de los dientes de leche, que comenzarán a moverse hasta su caída.

¿Cómo se colocan los dientes definitivos?
Los dientes permanentes que van saliendo son más grandes que los de leche, por lo que la separación que éstos tenían entre sí desaparece cuando caen. Los dientes nuevos, al ser de mayor tamaño que los de leche, no siempre están bien posicionados o no tienen espacio suficiente para colocarse correctamente y salen “por donde pueden”. En general, en el transcurso del cambio de dentadura algunos dientes pueden salir torcidos, pero cuando se desarrolla el hueso máxilo-facial y se completa se van alineando un poco por sí solos.
Sin embargo, cuando la alineación dental no es buena, el diente definitivo erupciona al lado del diente de leche y no debajo de él, sin desgastar su raíz. Entonces, aparecerán en la boca los dos, formando una doble fila de dientes. Esto es más frecuente en los incisivos y es recomendable informar al odontólogo para anticipar la caída del diente de leche, ya que cuando el definitivo encuentre su hueco se desplazará ocupando el lugar vacío.

¿A qué edad caen y son reemplazados los dientes de leche?
En el siguiente esquema puede servir de guía a los padres para que conozcan cuándo suelen caer los dientes de leche o temporales y cuándo serán reemplazados por dientes más grandes y fuertes, conocidos como dientes permanentes o definitivos.



Dientes superiores

Dientes inferiores

1- Incisivo central
Caída: 7 años y medio
Salida: 7 - 8 años
1- Incisivo central
Caída: 6 años
Salida: 6 - 7 años
2- Incisivo lateral 
Caída: 8 años
Salida: 8 - 9 años
2- Incisivo lateral
Caída: 7 años
Salida: 7 - 8 años
3- Canino
Caída: 11 años y medio
Salida: 11 - 12 años
3- Canino
Caída: 9 años y medio
Salida: 9 - 10 años
4- Primer molar
Caída: 10 años y medio
Salida: 10 -11 años
4- Primer molar
Caída: 10 años
Calida: 10 - 12 años
5- Segundo molar
Caída: 10 años y medio
Salida: 12 - 13 años
5- Segundo molar
Caída: 11 años
Salida: 11 - 13 años
6- Tercer molar
Salida: 17 - 21 años
6- Tercer molar
Salida: 17 - 21 años
7- Primer premolar
Salida: 10 - 12 años
7- Primer premolar
Salida: 10 - 12 años
8- Segundo premolar
Salida: 10 - 12 años
8- Segundo premolar
Salida: 11 - 12 años

lunes, 18 de abril de 2016

¿Cuándo llevar a los niños a su primera visita al dentista?


Cada vez vemos más niños muy pequeños con problemas de caries. Por eso, los odontólogos recomiendan, por un lado, iniciar la higiene bucal a edad muy temprana, incluso, antes de que aparezca el primer diente y, por otro, acudir al dentista por primera vez cuando el bebé cumpla su primer año de edad.

Al cumplir su primer año, visita al dentista
Hace años, la recomendación de los pediatras era realizar la primera revisión dental cuando la dentadura de leche, compuesta por 20 dientes, estuviera completa, es decir, alrededor de los tres años. Sin embargo, la presencia de caries en los preescolares y la aparición en niños menores de 3 años de otros problemas asociados a la primera dentición han forzado a los especialistas a cambiar la recomendación a los 12 meses, en función de establecer medidas preventivas. Tras la primera revisión, los controles se deben realizar, si todo va bien, una vez al año.

La primera visita de los niños al odontólogo
El profesional le hará una revisión de dientes y encías, verá si existen caries del biberón, se evaluarán posibles problemas como mordida cruzada, abierta o alteraciones de crecimiento y, seguramente, iniciará un historial sobre los antecedentes médicos y dentales del niño. Es el momento de corregir a tiempo malos hábitos e introducir desde temprano buenos hábitos de limpieza.

Cuando llegue el momento de acudir al dentista, los padres deben esforzarse por transmitir a su hijo una sensación de confianza y de seguridad. Es necesario que entre el niño y el dentista haya una buena relación y no se creen miedos o temores desde el principio.

Examina los dientes del bebé
Conviene tener el hábito de examinar regularmente los dientes del bebé. Ten en cuenta que los dientes saludables tienen un color blanco uniforme. Si ves manchas o puntos en los dientes, es conveniente que adelantes la visita al dentista.

Para prevenir caries en los dientes de leche, mucha higiene

Antes incluso de que aparezca el primer diente, debe realizarse la limpieza de las encías después de cada toma. Para ello, puedes usar una gasa humedecida. Cuando comience la dentición, recurre al cepillo; eso sí, al principio, sin pasta dentífrica hasta los 2 años. A partir de entonces, puedes ponerle una pequeña cantidad, siempre y cuando esté especialmente indicada para niños, es decir, con bajo contenido en flúor. Y recuerda: para prevenir que le salgan caries, no le dejes sólo con el biberón en la boca, pues el contacto prolongado con los azúcares de la leche predisponen a la aparición de caries.

s