¿Sabías que mucha exposición
de la piel al sol puede provocar cáncer a la piel?
A
pocas semanas de la llegada del verano y las altas temperaturas, y con ello los
típicos paseos de pileta, la playa y las actividades al aire libre en familia y
con amigos, comienzan a alertar sobre las premisas básicas para disfrutar de
una temporada plena y prevenir enfermedades de la piel asociadas a la
exposición al sol.
Tomar
sol
Elcáncer de piel es la consecuencia más grave de exhibirse a las radiaciones
ultravioleta (UV) del sol. Pero además, existen otras secuelas como el
envejecimiento cutáneo prematuro y las manchas. Por ello, tomar las medidas
correctas para protegerse de los daños que se pueden ocasionar es vital y desde
la Sociedad Argentina de Dermatología sostienen que el concepto de “bronceado
seguro no existe, con o sin cama solar”.
Por
ello, en épocas en que las temperaturas máximas se ubicaran por encima de los
30 grados, más que suficientes para sofocarnos y salir disparados hacia los
espejos de agua más cercanos, es importante tener en cuenta las recomendaciones
básicas como utilizar bloqueadores con protección solar elevada, aplicarlos en
la piel con media hora de anticipación a la exposición y reaplicarlo, cada dos
horas. Otro de los consejos fundamentales son los horarios de exposición que
tiene una restricción que oscila entre las 10 y las 16, y por su supuesto no excederse jamás de las
dos horas de exposición continuada.
Los niños al sol
Se
aconseja un cuidado extremo en la exposición solar de los niños, ya que la piel
tiene mecanismos naturales de fotoprotección pero en los niños no está desarrollado y en ellos el
daño solar es máximo y acumulativo, por la escasa presencia de melanina, la
capa cornea más fina y permeable que la de los adultos, y por lo tanto
requieren una adecuada y extrema fotoprotección artificial. Además, los bebés
menores de 6 meses no deben estar en el sol porque su piel no está preparada ni
para sufrir los componentes químicos de algún bloqueador ni para soportar los
efectos nocivos de la radiación.
Existen
diferentes tipos de diagnósticos y tratamientos adecuados para cada
circunstancia según las condiciones específicas de cada paciente. Pero, te
brindamos algunos tips de alerta para tener en cuenta.
Algunos factores de riesgo:
•
Piel clara y ojos claros.
•
Exposición crónica a rayos ultravioletas naturales o artificiales (camas
solares).
•
Antecedente de quemaduras de sol.
•
Localización geográfica con mayor intensidad de rayos ultravioletas.
•
Disminución de la capa de ozono.
•
Inmunodepresión.
•
Genodermatosis (enfermedades hereditarias que predisponen al cáncer de piel)
•
Exposición al arsénico (ingesta de agua con niveles elevados de arsénico).
•
Exposición a radiaciones.
·
Ulceras crónicas y cicatrices viejas.
Los
signos clínicos que deben llamar la atención:
• Lastimadura o ulcera que sangra y no
cicatriza.
• Mancha rosada o área irritada que no
desaparece.
• Bulto rosado de borde elevado que crece
lentamente.
• Protuberancia o crecimiento de piel
brillante.
• Cicatriz blanca donde no hubo lesión anterior.
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