El árbol del mamey (que pertenece a la familia de los zapotes) se ha cultivado por años en climas tropicales, siendo Cuba y Jamaica los lugares más comunes para su comercio y aunque en la mayoría de lugares en el mundo es conocido cómo mamey, su fruto, según el país, es también es llamado, otere, mamay, abricote o zapote.
Este fruto
es rico en vitamina A y C, por lo tanto es favorable para combatir enfermedades
respiratorias, y ya que su pulpa está compuesta en un 72% de agua y un 28% de
fibra, el mamey es usado como un efectivo remedio en enfermedades digestivas y
problemas de estreñimiento.
El
látex que se extrae de sus ramas puede ser utilizado como insecticida y por
ello, en varias regiones es usado para prevenir las picaduras de mosquitos e
insectos de forma natural. También puede ser empleado para tratar la mordedura
de las garrapatas de forma efectiva.
De su
semilla se extrae un aceite empleado con mucha frecuencia en la producción de
productos de belleza, el cual posee propiedades antibióticas y desinflamantes.
En algunos casos, dicho aceite es usado como tratamiento capilar, suavizante de
la piel y para el cuidado de las uñas y para favorecer la humectación y el
crecimiento de las pestañas.
También
se elaboran infusiones con las hojas del árbol de mamey para la curación de
fiebres, y sus beneficios diuréticos y depuradores hacen de esta fruta un
excelente remedio para desintoxicar y limpiar el organismo.
Definitivamente, el mamey es más que una dulce fruta de color maravilloso, es un regalo de la naturaleza que durante siglos nos ha regalado sus bondades.
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